miércoles, 10 de marzo de 2010
Capitulo 7
Enrique va saludando mientras que se finge contento al igual que la reina y que decir de Sara. Ella le acaricia la mano con ternura y él no la rechaza. La princesa siente que van a formar una familia feliz. Pasan todo el día en actos oficiales, comen con las autoridades de la región... Sara al lado de Enrique al que no le gusta que ella se muestre tan feliz, la ve muy falsa.
--cuando vamos a pasar un rato a solas? –no deja de preguntar ella.
Ella casi lo besa en los labios, los labios que ella desea tanto. A él le cuesta olvidar que es una princesa y que debe esperar al matrimonio. Siente que la joven haría lo que él quisiera. En un susurro, su madre le advierte:
--no lo eches todo a perder por un calentón. No olvides lo que nos jugamos...
Madre e hijo hablan flojo:
--es a esta a quien se le está olvidando...
--si te come con los ojos... Es una pequeña ramera como su madre... Espero que cumpla con la tradición familiar y se muera justo cuando te dé el descendiente que lo herede todo...
Enrique está sorprendido por las palabras de su madre. Sara no se quiere separar del lado de Enrique.
--nosotros ya nos tenemos que ir... --le dice Letizia.
--¿ya? --dice Sara con pena.
--sí, querida... Nos tenemos que ir a nuestro hotel... --dice la reina.
--¿cómo un hotel? ¿no se quedan en el castillo? --Sara.
Enrique sonríe seductor. A él también le encantaría pasar la noche con la princesa ya que le excita el deseo de ella pero no olvida que no está allá para vivir una aventura sino cumpliendo con sus obligaciones del heredero. La sonrisa de él derrite a la princesa:
--no se vería bien... ya sabes... --Enrique.
Aunque ella quiere acompañarlo la reina no lo permite:
--el protocolo querida... no lo olvides... aún te queda mucho por aprender...
Enrique mira a su futura esposa, su cuerpo le atrae. Le apetece acostarse con ella. Mientras que la desnuda con la mirada piensa:
--¿y será virgen?
El poder acostarse con esa joven que lo está provocando con la mirada es algo que lo ayuda a llegar a su boda con ganas. Él le guiña el ojo:
--nos vemos mañana, descansa bien para nuestra pedida de mano...
Él la quiere besar en la mano. Los labios de Enrique son toda una tentación y Sara no puede más, antes que él la toma de la mano ella se lanza para darle un beso para escándalo de la reina y sorpresa del príncipe, Enrique tiene tiempo a apartarse y el beso cae cerca del labio. Ella se ruboriza. A él le gusta sentirse deseado pero aunque ella quiere ver amor no es más que puro sexo. Mientras se despide de ella, Letizia le dice a la princesa al oído:
--no eres una mujerzuela... compórtate como una princesa...
Ella no entiende bien lo que ha hecho mal. Se queda mirando a Enrique que se va. Espera a que él se gire pero no lo hace lo que apena a ella. Mientras se va en el coche, Enrique ve a su novia y la saluda con la mano y con una sonrisa. Sara no puede evitar saltar de alegría pese a que sus asesores le piden que no se salte el protocolo y le hacen muchas fotos. En el coche, Letizia critica a Sara:
--¡¡es una mujerzuela como la madre... la muy zorra te quiere llevar a la cama...¡
Enrique sonríe con orgullo:
--bueno le gusté... soy un hombre y ella es una mujer... No tiene nada de malo...
Letizia, que siempre vivió amargada, no quiere a la gente feliz a su alrededor. Escandalizada dice:
--¡¡no son un hombre y una mujer... sois un príncipe y una princesa y aunque ella haya vivido en la miseria no puede olvidar que no eres un chico como el que está acostumbrada a abrírsele de piernas...¡
--No se supone que debe ser virgen? --pregunta él algo decepcionado porque le excita ser el primero en la vida de esa chica tan linda.
--¡¡sí se supone pero teniendo en cuenta que no te conoce y te quiere llevar a la cama ¿¿qué no habrá hecho antes??¡
--No tiene nada de malo que quiera acostarse conmigo siendo mi futura esposa, si hay deseo así será más rico la noche de boda...
--¡¡no seas cochino¡ ¡¡no quiero sucio detalles...¡ --dice escandalizada.
Enrique sonríe y con burla dice:
----¿no me digas que ya has olvidado como se hacen los bebés?
--¡claro que no¡
Él está de broma, ella molesta.
--¡¡¡parece que te ha gustado de más esa mujerzuela... espero que no te enamores de ella...¡¡
Enrique no entiende porque su madre no quiere que se enamore y sí que se case:
--¿no sería lo mejor, que amara a mi esposa?
--¡¡claro que no... ¡¡
--no olvides que es un negocio, que los sentimientos no tienen nada que ver...¡¡
--Ya lo sé, yo nunca me podría enamorar de una mujer que se acuesta conmigo por dinero, sólo me enamoraría de alguien que se entregara a mí voluntariamente pero no quita el que sienta placer en la cama...
--¡¡ya, no quiero seguir hablando de esto¡¡ --Letizia molesta.
Aunque de cara a la gente procura no olvidar lo que le han enseñado, ya a solas en sus aposentos, Sara se comporta como la chica de siempre. Tiene mucha confianza con su dama de compañía, con Blanca.
--¡¡ven siéntate conmigo¡ --dice mientras se sienta en la cama.
Aunque Blanca no quiere finalmente Sara la convence y las dos hablan como amigas.
--¡¡soy tan feliz... amé a Enrique desde el primer día que lo vi en la tele... Sé que es horrible que yo me haya beneficiado de una tragedia pero es que se va a cumplir mi sueño¡¡
--¿de verdad lo ama?
Sara insiste en que la tutee y dice:
--¡¡sí, claro que sí y ahora más que nunca¡¡ ¡¡en persona aún es más guapo y es el hombre más seductor y caballeroso del mundo¡ ¡¡¡yo tenía miedo que a él le costara quererme... pero me ama...¡¡¡se enamoró de mi¡
Blanca trata de que no se desilusione:
--Usted cree?
--tú crees... ¿en qué quedamos?
--cómo sea... los hombres no se enamoran tan pronto...
--¿es que tienes mucha experiencia?
Blanca agacha la cabeza:
--no, soy virgen...
--¿en serio nunca has estado con un hombre?
--No, siempre esperé que llegara el hombre de mi vida, el único...
--¡¡y yo... Enrique va a ser mi primer hombre, el amor de mi vida...¡¡ ¡¡ya llegará a tu vida tu príncipe aunque no en sentido literal claro¡
Las dos ríen y siguen hablando de cosas de mujeres por largo rato. Aunque su madre le había pedido prudencia para evitar un escándalo que perjudique la boda, Enrique está excitado por el deseo de Sara. La camarera que le lleva un pedido que pide lo mira excitada. Ninguno de los dos media palabras pero fornican como bestias. Luego se visten, él le ofrece dinero.
--ha sido el polvo de mi vida, más faltaba --dice ella.
Él sonríe con orgullo, se guarda el dinero. Mientras Emilio logra hablar con su hermana.
--¡¡fue como en un sueño... Enrique me va a ser tan feliz¡ --dice ella.
Aunque le sorprende Emilio se alegra que a su hermana las cosas le salgan como ella espera.
Sara espera la llegada de su amado al Castillo. Blanca es la que la ayuda a arreglarse. La Princesa se siente una adolescente en su primera cita. Sara se mira al espejo radiante.
--hoy es el día más feliz de mi vida...
Blanca está aprendiendo a quererla, le gusta que la trata como a una amiga pese a su posición social.
--si ahora estás tan nerviosa verás el día de tu boda...
Sara está entusiasmada:
--¡¡si ¿no?¡
La princesa salta de alegría, está feliz. Todo lo contrario que su futuro esposo que va llegando al castillo con su madre y en medio de un equipo de seguridad muy fuerte.
--cambia esa cara hijo, que parezca que eres feliz...
--todo el mundo sabe que me caso obligado...
--cierto pero a todos les encanta los cuentos de hadas, esos príncipes que se enamoran nada más verse... Sí todo el mundo sabe que esto es un negocio, que a ninguno de los dos les importa el otro y ya viste... Parecía la mujer más enamorada del mundo...
--sí, ¿¿cómo puede ser que habiéndose criado en el mundo normal esté feliz de entregarse a un hombre que no conoce? ¡¡si yo hubiera querido ayer se acuesta conmigo¡
--y lo hubiera hecho, claro que luego te habría pedido dinero... Seguro que ya lo hizo otras veces, estas mujezuelas de la calle son así... Ella por conseguir dinero y ambición se acuesta con todos los hombres que quiera...
Enrique quiere acostarse con ella pero nada más. No le piensa dar una oportunidad.
--pues mientras me dé el hijo varón que quiere mi pueblo no necesito nada más...
--Ella lo tiene claro, un marido para los actos sociales y en las noches para calentar su cama. No espera nada más de la vida.
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