viernes, 12 de marzo de 2010
Capitulo 15
Enrique llega tranquilo. La reina está sofocada.
--¿¿tú sabes lo que has hecho?¿¿¡cómo puedes estar tranquilo?¡¡ ¡¡está boda ha costado millones de euros... vamos a perder credibilidad...¡¡¡
--perdona... no pasa nada...
Letizia lo vuelve a bofetear:
--¿¿tu sabes el ridículo que me estás haciendo pasar...? ¡¡ningún príncipe deja plantada a una princesa... ¡¡va a ser un escándalo¡¡
Enrique va hacia sus aposentos. Su madre va detrás.
--¡¡no me dejes con la palabra en la boca¡
Enrique se desnuda con rapidez y agarra su traje:
--¡¡si dejas de ponerte histérica me visto y en dos minutos comienza esta boda y nadie se entera de nada¡¡
--¿¿¡a es que te piensas casar?¡
--claro... si no te hubieras puesto como una loca --dice Enrique mientras se pone un bóxers y el pantalón-- te hubiera explicado que se nos estropeó el barco...
--¡¡ese bastardo lo hizo aposta¡ ¡¡seguro¡
Enrique no dice nada, sonríe. Esta seguro que es cierto:
--pedimos ayudamos y llegué con carretera precisamente para que nadie me viera. Nadie se ha enterado que no he estado en Palacio...
--¡¡te lo dije, era una locura, que no debías marcharte...¡
Enrique se abrocha los pantalones y agarra el resto de las cosas:
--¡¡venga, que me termino de arreglar en el camino¡¡
--¡¡esto es tan informal¡¡
--¡pero vas a tener la boda que quieres --dice Enrique que le da a su madre los zapatos para que se los aguante y él se pone la camisa, corbata, americana mientras van bajando.
--¡¡esto es tan informal¡
Enrique besa a su madre con una sonrisa mientras se pone los zapatos.
--venga, sonríe.
Toma del brazo a su madre y salen del palacio saludando a todo el despriegue de gente, prensa y seguridad que está ahí presente.
--saluda madre... es mi boda --dice él saludando.
Letizia fuerza una sonrisa para olvidar su sofoco.
Sofocada está Sara vestida de novia.
--¿¿¡qué está pasando??¡
Sara se está poniendo muy nerviosa, está segura que le están ocultando algo. Blanca trata de calmarla. Finalmente el asesor de la reina da órdenes a la gente que está ahí que dejen salir a la Princesa pero que el carruaje vaya muy muy despacio. A ella se acerca el asesor de la casa de Calabria:
--ahora sí.
Sara casi no se lo cree:
--¿¿ya es la hora?
El hombre le ofrece el brazo:
--tu marido te espera...
Sara suspira enamorada. Abraza a Blanca:
--¡¡me caso, me caso¡¡ ¡Me caso con el hombre de mi vida¡¡
Blanca tiene que hacer un esfuerzo para controlar sus celos:
--ojala seas feliz...
--Lo seré...
Las dos amigas se abrazan entre lágrimas. A Blanca le duele la felicidad de su amiga y saber que ese hombre con el que se va a casar se quiere acostar con ella.
--te espero en la Catedral... --le dice Sara.
Sara deja a Blanca atrás con todo lo que la atormenta. Del brazo de su asesor sale del Palacio en el que ha pasado los últimos días. Va vestida como una reina. Mucha gente está con ella, se ocupa de su seguridad, de su vestido, de su cola, de su velo... Sara sube a un precioso carruaje. La novia se siente en un cuento de hadas. Se van moviendo por la calle de la ciudad, Sara saluda a todo el mundo. Está muy emocionada. Sara va muy lenta, el carruaje de Enrique más rápido. LOs dos van saludando a su pueblo y van sonriendo aunque forzadamente. Letizia está furiosa con su hijo:
--nunca te voy a perdonar este mal trago que me has hecho pasar...
--Ya, calla y sonríe.
Enrique está feliz. Piensa en Blanca.
--Al fín te veré... al fin...
Blanca viaje a la catedral en un auto con chofer. Piensa triste en Enrique.
--¿¿qué va a pasar ahora que viviremos juntos?
Los dos se desean y los dos tienen muchas ganas de verse, él está seguro que Blanca será su compañera de por vida y a Blanca le duele que Enrique la quiere convertir en su amante, aunque lo está amando mucho no es eso lo que quiere para ella.
Guillermo ha llegado con su barco al puerto. Piensa que no ha servido de nada su trampa.
--ahora espero que Enrique no se enoje conmigo... que entienda que lo hice por su bien...
Guillermo sonríe mirando al puerto, en ese mismo punto dónde vio a Sara:
--tiene que volver... tiene que volver...
Sin imaginar que esa joven que lo ha cautivado se está apunto de casar con su mejor amigo y el Príncipe de su país Guillermo está muy pendiente de Sara con la esperanza que vuelva a pasar por ahí. Su corazón late fuertemente.
--¡¡tengo que verla... tengo que verla¡¡
Es de noche, después de una fiesta que ha durado horas, Enrique y Sara llegan a Palacio en dónde pasarán su noche de bodas. Sara tiene muchos sueños, ha pasado días enteros pensando en cómo será su primera vez con su amado príncipe. Está segura que va a ser muy dulce. No imagina que Enrique lo único que quiere es satisfacer sus instintos de la carne para después vivir su amor con Blanca que está muy nerviosa en la recámara de al lado. Por un lado desea y ama ese hombre que está viviendo su noche de bodas con su mejor amiga, por otro lado lo desprecia por haberse casado con otra. Sara lleva todo el día deseando estar a solas con Enrique, espero poder conocerlo pero él tiene prisas. Es muy apurado. Sara se deja llevar, cierra los ojos. Tiene miedo, Enrique la lastima. Ella grita. Él no le hace caso pero va con más cuidado... Se relaja al oír los jadeos de placer de ella... Sara está haciendo el amor con su marido pero todo ha pasado tan deprisa que casi ni se entera. Cuando se da cuenta ya ha vivido su primera vez y Enrique está a su lado retorciéndose de placer. Ella lo mira con cierta vergüenza:
--Mi primera vez... ha sido mi primera vez... --dice ella para sí.
Sara está segura que ahora Enrique le va a decir todas las cosas bonitas que ella espera escuchar, que le va a decir lo importante que es para él haber sido el primero. Enrique no dice nada. En realidad le ha gustado ser el primero pero está seguro que Sara habría regalado su virginidad al que pagara un precio más alto que en este caso ha sido él y por eso no le da más importancia. De repente se levanta totalmente desnudo. Sara lo mira de reojo. Es la primera vez que ve a un hombre desnudo y le gusta mucho. Pese a que su noche de bodas no está resultando como ella había soñado se siente feliz de ser la esposa de Enrique, de que él haya sido el primero. Enrique se pone el boxer y agarra su ropa.
--¿¡dónde vas?¡ --pregunta ella sorprendida.
Él la mira con cara de bicho raro:
--pues a mis aposentos...
--¿no te vas a quedar conmigo? --dice Sara boquiabierta.
--Ya hablamos de eso... No es lo normal.
Sara no se esperaba que su marido le saliera con esa:
--¡¡pero es nuestra luna de miel¡
Enrique es muy frío:
--ya hicimos todo lo que teníamos que hacer, mañana nos tocará hacer un poco la farsa del matrimonio feliz ante nuestro pueblo pero hasta la noche nada más...
Enrique se va sin esperar la respuesta de Sara. La princesa se ha quedado en shock.
Blanca da vueltas en su recámara. Está muy nerviosa.
--¡¡no va a venir... no va a venir¡
Por un lado le da miedo que el príncipe se meta a su cuarto y por otro lado es lo que desea. Ella misma se reprocha que esté pensando de esa manera en un hombre que está viviendo sus primeras horas como casado. De repente oye que alguien abre la puerta de su recamara con llave porque estaba cerrada. Es él. Va en boxers. Blanca en camisón. Los dos se miran con deseo. Blanca se cubre con una sábana:
--¿¿qué haces aquí?¡
Enrique se acerca a ella peligrosamente. Ella se aparta asustado:
--¡¡no te me acerques¡
Ella topa contra la pared, Enrique la atrapa. Él la siente temblar y vibrar. La acaricia.
--no me hagas daño --suplica ella.
Él sonríe:
--sé que tienes miedo porque es tu primera vez pero yo no te quiero hacer daño... yo siento algo muy especial por ti y quiero vivirlo porque sé que tú también quieres vivirlo... sino sintiera que tú me quieres te juro que no insistiría...
Enrique la acaricia y ella tiembla en sus brazos... la besa dulcemente, ella responde a ese beso y los dos se unen en un apasionado beso de amor pero cuando él busca más de ella Blanca se aparta de él y lo bofetea. Ha sido su gran beso, su primer beso de amor y lo ha gozado y le se siente culpable por estar engañando a Sara. Empieza a insultar al príncipe. Le dice los peores insultos, le recrimina que después de desvirgar a Sara quiere hacer lo mismo con ella.
--aunque me digas esas cosas feas yo sé que me quieres...
Blanca se sienta en la cama, llora. Enrique en cuclillas ante ella:
--No te resistas... Tú destino es amarme...
Él la besa en las manos. Ella lo mira llorando. Las lágrimas de ella le parten el alma a él.
--no quiero que sufras, yo sólo quiero hacerte feliz...
Con mucha amargura ella le dice:
--eres un hombre casado...
--Soy un príncipe, me deber era casarme con la mujer que mi madre eligiera como reina... pero tú eres la mujer que yo he elegido para compañera de mi vida...
Enrique siente el gran amor que Blanca siente por él y eso le emociona aunque le duele verla tan triste. Acaricia los labios de ella, siente su amor. Su deseo, su amor. Va a besarla pero ella le gira la cara. Él la acaricia, mueve el rostro de ella con suavidad para que lo mire. Con una voz dulce que a ella se le clava en el alma le dice:
--no me rechaces...
--Eres un hombre casado --llora ella.
--¿no me amas lo suficiente para olvidarte de todo? Yo te juro que no quiere divertirme contigo, que quiero que tú seas la mujer que me haga feliz...
--tu amante... --triste.
--No te puedo ofrecer otra cosa...
--no le puedo ser esto a mi amiga...
--si no me hubiera casado con Sara... ¿lo harías?
Los dos se miran fijamente:
--que Díos me perdone pero... sí...
Enrique sonríe. La quiere besar pero ella se aparta de él:
--eres el esposo de mi amiga... No me obligues a dejarla, a irme a Calabria.
--No me hagas esto... almenos sé mi amiga...
--no...
él se lo suplica.
--No.
Enrique estaba seguro que la mujer se le daría fácilmente y le duele darse cuenta que no es así:
--bueno, almenos jurame que no te vas a ir a tu país...
--si tú me juras que me vas a ignorar si...
--te lo juro --dice él cruzando los dedos.
--pues ahora vete...
Él luce su cuerpo ante ella, desea provocarla. Se da cuenta que ella lo desea pero Blanca resiste. Él se va muy triste. Cuando cierra la puerta la oye llora.
--te amo... te amo... --llora ella.
Aunque está triste por el rechazo de ella, el príncipe sonríe.
--Me ama y será mía... lo será...
Sara despierta, es su primer amanecer como mujer casada, como princesa de Ascot. Se siente feliz de ser la esposa de Enrique pero le duele estar sola. Echa de menos los brazos de su guapo marido. Esas sábanas están manchada de su pureza:
--Mi primera vez... le tiene que importar... No es posible que le dé igual...
Abraza esas sábanas que aún tienen la olor a él. Trata de justificar la frialdad de él:
--seguro que estaba tan nervioso como yo, todo va a cambiar... la luna de miel... ¡¡nuestra luna de miel¡
Pensar en unos días a solas con el príncipe llenos de amor hace que se le olvide que la noche no fue como ella pensaba. Se mira al espejo.
--Lo amo... ¡¡como lo amo¡
Se ducha, se pone bien bonita para ver a su esposo. Sale de sus aposentos. Pregunta a una empleado por su esposo.
--Su alteza pidió que nadie le molestara...
La princesa no sale de su asombro.
--pero la cosa no va conmigo, ¡¡soy su esposa¡
--Lo siento, princesa, pero el príncipe no hizo esa excepción... Pidió que lo esperara en sus aposentos, que a las 10 salían de luna de miel y que él la venía a buscar.
Sara se ha quedado bastante sorprendida pero de nuevo justifica la aptitud de su esposo:
--seguro que me tiene preparada una sorpresa...
Pensar eso la llena de dicha.
--¡¡sí, tiene que ser eso¡¡
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