miércoles, 17 de marzo de 2010

Capitulo 36










Por iniciativa de Sara, ella y Guillermo se besan apasionadamente.
--esto sí que es un juego...
Y de repente le lanza agua a la cara. La pareja pasa un buen rato tirándose agua, buceando y chocándose el uno contra el otro. Él la agarra, la lanza al aire, luego corre a buscarla bajo el agua y ambos salen saltando y besándose apasionadamente... Regresan a la cubierta feliz. Se secan con la misma toalla.
--Ahora regreso --dice ella.
En el momento en el que la mujer entra al camarote, la pequeña duerme. Ya le toca la toma. Sara se saca la parte de arriba del biquini. Le da el pecho a la pequeña. Guillermo se acerca al camarote. Le emociona la ternura de la escena pero también le excita la desnudez de ella. Jamás le había visto los senos tan bien. La mira extasiado. Ella se da cuenta. Sonríe.
--perdón --dice él.
Iba a irse pero ella con toda normalidad le dice:
--No, ven pasa... No me importa que estés aquí...
Él traga saliva:
--¿segura?
Ella lo mira fascinada y hace que si con la cabeza. Guillermo no se atreve a mirarla en una mezcla de ternura y deseo.
--ven, pasa... no muerdo --dice ella coqueta.
--No te quiero incomodar.
--tu presencia nunca me incomoda...
Guillermo se acerca y acaricia con ternura la cabeza de la pequeña. No puede evitar una explosión de deseo ante los senos descubiertos de Sara. Como si no se diera cuenta que está poniendo cachondos Sara se levanta y deja a la niña. Se muestra semidesnuda ante Guillermo ahora sin reservas. Guillermo resopla sofocado.
--¿vamos a cubierta? --ella.
Él balbucea:
--bueno si... no es...
Ella sonríe coqueta:
--¿si o no?
Él está temblando:
--no te vas a cubrir? --dice excitado.
--No, ¿es que te molesta?
Guillermo está totalmente enrojecido. Está a cien.
--No pero es que... creo que tenemos que hablar de... --dice sofocado.
Ella lo agarra de la mano, él vibra.
--hablemos... vamos...
--no creo que yo pueda... –jadea él.
Frente al mar, Guillermo vibra de deseo.
--¿qué te ocurre? Pareces asustado –cariñosa.
Él procura no mirar los senos de ella:
--es que te quiero decir que...
Ella sonríe, lo abraza. Él siente los senos de ella pegados a su pecho y ella el arma de él clavándose en ella.
--no... ahora no... Yo no quiero hablar –seductora.
Ello lo besa apasionadamente. Va bajando sus manos a la espalda, le va bajando el bañador.
--¿estás segura...? --tiembla él.
--como nunca...
Guillermo entonces ya no se calla nada, libera todo el fuego que tenía frustrado dentro de él. Se desnuda, la desnuda (cada uno sólo llevaba una prenda). La besa, la acaricia. Recorre su cuerpo con sus manos, con sus besos. La invita a que haga lo mismo. Es una bestia pero llena de ternura. Se clava en ella con pasión y delicadeza. Y ella grita y llora, pero de una felicidad que ni siquiera pudo soñar. Guillermo se siente en una nube, en un sueño:
--si esto es mentira no quiero despertar --jadea él.
Ella se aferra a él con fuerzas:
--te amo...
--Silvilla, Silvia --jadea él mientras son un solo cuerpo y le devora los senos.
A ella le duele que la llama por otra pero sabe que la ama, que se aman y que lo importante son sus sentimientos. No sus nombres.

Sara y Guillermo han hecho el amor. Están los dos desnudos en cubierta. Miran al sol. El sol no es tan radiante como sus miradas, como sus sonrisas.
--¿recuerdas el día que me vistes desnudo? --dice pícaro.
Ella lo mira:
--Nunca pensé que sería tuya...
Él la acaricia, le pone las dos manos en la mejilla. La besa:
--yo estaba seguro que nunca me ibas a corresponder.
Sara llora. Él la acaricia con ternura:
--¿porqué lloras?
Ella lo abraza con fuerza:
--es que nunca había sido tan feliz...
Él le acaricia sus lágrimas con besos:
--no quiero lágrimas. No hoy. Es el día nacional de la felicidad...
--tenia tantas ganas que la mentira se hiciera realidad...
Él la mira muy enamorado y sorprendido:
--¿y porqué no me lo dijiste...? yo te amaba desde el primer día...
--tenia miedo
--de mi? --dice él acariciándole los cabellos con ternura.
--no, de volver a equivocarme... amé una vez y sufrí mucho...
Él la besa en el cuello:
--no pienses en eso... dijiste que me amabas es cierto o fue...
Él tiene miedo que no lo ame, que de repente lo despierte del sueño. El miedo de él la llena de ternura a ella. La hace sentir segura de haber tomado la decisión correcta. Guillermo no acaba la frase porque ella lo calla con un beso:
--te amo...
Él está conmocionado. Llora. Ella le acaricia las lágrimas:
--¡¡te amo... te amo...¡¡ ¡¡no me preguntes cómo pasó pero te amo...¡
Él la mira con una carita de felicidad. Se siente tan feliz que tiene miedo de equivocarse:
--¿estás segura? Es que no quisiera que...
Ella lo besa para que no hable:
--yo estoy dispuesta a jugármela por ti... ¿tú no?
Él sonríe entusiasmado. Ríe de la felicidad. La besa.
--¡¡como me preguntas eso¡ ¡¡me la jugué por ti desde el primer día que salimos de Ascot y te juro que en ese momento aunque lo soñaba estaba seguro que esto nunca iba a pasar¡¡
Se sonríen y se besan. Tumbados de lado el uno frente a el otro. Se miran a los ojos. A los dos le gusta ver la desnudez del otro. A Sara le da un poco de vergüenza pero lo está disfrutando. Le encanta tener a Guillermo desnudo para ella:
--durante mi matrimonio y la huida lamentaba haberme casado con Enrique pero ahora sé que es lo mejor que me ha pasado porque si no no te habría conocido... Ahora sé que allá arriba hay un Dios y que mi mamá guió los pasos... Mi boda con Enrique era por mi felicidad pero no con él... contigo...
Él la besa, la mira lloroso.
--mi amor...
Se besan, se abrazan. Se quedan así abrazados frente a frente excitándose al sentir el cuerpo del otro. Su sexo. Se aman con sus miradas, con sus dedos que juegan con los del otro.
--sabes? es casi mi primera vez...
Él la mira sonriente, con mucho cariño:
--¿como es eso...?
Sara siente que Guillermo es su hombre, su amigo. Su todo. Habla con él sin pena.
--con mi marido era virgen, solo fue una vez...
--¿y eso?
--No me pidas detalles, pero descubrí que él se casó conmigo por interés... Además estropeó mi primera vez... No me hizo feliz... No sentí nada...
Luego él se consoló con mi mejor amiga y yo creí morir.
Él besa sus lagrimas:
--no quiero que estés triste.
--te amo, nunca he sido tan feliz.
--que orgullo que me hayas dejado penetrar tu cuerpo.
--gracias por enseñarme lo que es el amor.
Ella agacha un poco la cabeza:
--me da un poco de vergüenza.
Él sonríe:
--habla conmigo en confianza...
--con Enrique no sentí nada... yo... bueno... ya sabes... no me gustó... --dice con una tímida sonrisa.
Él sonríe, es muy dulce con ella. La acaricia en los labios:
--¿y conmigo sí?
Sonríe:
--me has llenado de vida, de ti... ha sido maravilloso... ¡¡nunca creíque amar fuera tan bello¡
Él la besa y la besa.
--pues esto es solo el principio...

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