miércoles, 17 de marzo de 2010
Capitulo 31
Enrique sale pálido del depósito de cadáveres. Le ha impresionado mucho ver ese bebé muerto. Letizia se acerca a él:
--te dije que no lo hicieras... mira cómo estás pero bueno... pensándolo mejor... ¡¡genial...¡¡ ¡así el pueblo tendrá el príncipe llorando a su princesa, será genial¡
Enrique parece un muerto viviente. Pasa de su madre.
--¡¡Enrique, espera llamo a la prensa para que te vean y vamos juntos...¡¡
Enrique se va solo sin escuchar a su madre. Enrique necesita de su amigo... La prensa “disfruta” fotografiando el dolor del príncipe. Pese a no ser avisados estaban allí. Enrique logra despistarlos para que no descubran su lugar secreto. Llega al puerto. Le sorprende no verlo. Está seguro que Guillermo debe saber lo que está pasando. Nunca se ha ido sin avisarle. Se acerca al guardia. Señale el lugar vacio del barco de Guillermo:
--¿que pasó con la Diana, el barco Guillermo Winted...?
--no sé nada... salió sin avisar...
Enrique pregunta pero todos le dicen que en la mañana ya no estaban. Todos están de acuerdo en que es muy extraña la desaparición de Guillermo. ..
Mientras Guillermo está feliz en alta mar. Sara acuesta a su pequeña en el camarote. Se acerca a él. Guillermo vibra al sentir el cuerpo de Sara. Ella le pide que le enseñe a navegar,
--quiero ayudarte.
Se sonríen. Él es muy galante. Sara toma el timón aunque Guillermo le agarra las manos. La tiene entre sus brazos, su aroma la embriaga. Va hablando para distraerse y no pensar que la ama.
--yo sabia que me seria de utilidad vivir en un barco...
--has sido mi ángel de la guardia...
--el destino ha guiado tus pasos hacia mi... almenos me consuela que el haberme conocido te haya servido de algo. Ya llegamos a Glasgow. Supongo que la pequeña tiene nombre... ¿como le pondrás...?
--no sé... nunca hablé de eso con mi marido... iba a llamarla como mi madre pero ¿como se llama la tuya?
--Mi mamá...? --sorprendido-- Diana...
--es un bonito nombre Diana del Mar... ¿qué te parece?
--Me encanta... Diana del Mar Winted...
Guillermo está emocionado, roza con sus dedos los labios de Sara:
--me muero por besarte... --susurra él excitado.
Ella no le hace mucho ascos. Parece que le gusta.
A solas en el mar, Guillermo y Sara están apunto de besarse. Él la ama y a ella le empieza a gustar.
--por favor. No lo hagas... –susurra con más excitación que rechazo.
--si perdón...
Él mira al frente triste.
--No quiero que te enojes... –dice ella.
Él hace el que no pasa nada pero en realidad está muy triste porque le gusta mucho esa mujer.
--no no pasa nada...
Sara lo besa en la mejilla. Él se estremece.
--Yo te quiero mucho, eres alguien muy especial para mi y doy gracias a la vida por ponerte en mi camino pero no quiero estropear las cosas, tampoco quiero que estés mal.
A Guillermo le arde del deseo la mejilla por el gusto que le ha dado recibir un beso de su amada.
--todo está bien...
Sara lo acaricia:
--espero que siempre estés a mi lado... como amigo...
Guillermo la mira de reojo:
--toda la vida estaré a tu lado... como lo que tú quieras...
--seguimos con la lección...
--Vale...
Sara sigue entre los brazos del guapo Guillermo que tiembla al tenerla tan cerca. Se muere de amor por ella, se estremece al sentirla y sabe que va a ser un infierno tenerla tan cerca sin tocarla como él quiere.
En Ascot, el pueblo llora a su princesa. En realidad nadie apenas la conocía. No ha dejado huella en el país pero era su princesa. El pueblo quiere acompañar a la familia real en su duelo. La reina y el príncipe hacen acto de presencia en momentos concretos durante la capilla ardiente para ser fotografiados por la prensa. . Es velada a cajón cerrado. A Enrique ni se le ha pasado por la cabeza pedir ver a su esposa.
Los restos de esa desconocida, a la que una familia debe estar buscando con desesperación, están custodiados en todo momento por la guardia real. Además es mucha la gente que va pasando para despedir a esa princesa anónima. Aunque tampoco lo conocen mucho saben que es el hermano y la llegada de Emilio junto a Mariana causa mucha expectación. Lo han autorizado a ir en una hora en concreto. Pasa del lado de las autoridades, separado de la gente. De entrada no está previsto que se acerque. La reina y el príncipe están en ese momento. Se muestran frio con él.
--quiero ver a mi hermana...
Enrique pasa de él. Letizia es la que dice con desprecio:
--ya la estás viendo...
--A mi hermana... No a una caja.
--puedes dar gracias que estás aquí, así que tú haces lo que te digamos... –Letizia brusca.
--Quiero despedirme de ella...
--¡¡hazlo desde aquí... ahora no te hagas el hipócrita que estabas muy distanciado de ella¡ --Letizia.
Mariana defiende a al hermano de su hermana.
--es el hermano. Nadie le puede impedir que vea a su hermana...
--¡¡La reina puede hacerlo y yo no te lo permito... Por muy hermano que seas tu hermana era Princesa antes que nada y tú lo tienes que entender como ella lo entendió...¡ ¡Ustedes son unos bastardos, es indigno que estén aquí¡ --Letizia.
Mariana calla por Emilio que se muestra más dócil:
--está bien... Almenos ¿puedo tocarlo...? El ataúd, digo…
Letizia mira a Emilio por encima del hombro:
--pero que sea rápido... es un descredito que estés aquí...
--¡¡No le permito que...¡ --trata de decir Mariana.
Pero Emilio no la deja hablar.
--está bien entiendo --dice Emilio resignado.
La reina lo mira con odio:
--con lo que bien que está saliendo todo solo me faltaría que esta cosa me lo estropeara --piensa.
Acompañado de la guardia real, Emilio pone su mano en el ataúd. LLora.
--descansa en paz hermana...
En seguida lo agarran para que vuelva atrás. Se queda en un rincón con Mariana. La reina y el príncipe en primera fila.
--esto es injusto... ellos no la querían... Se nota –Mariana.
Con tristeza y con resignación, Emilio dice:
--él es el esposo...
--pero fue un negocio...
--almenos me dejan estar aquí... Sara es lo que hubiera querido... tanto que vivía los entierro reales desde la tele... nunca pensé que seria ella la protagonista...
Llora, Mariana lo abraza ante la mirada de desprecio de la reina. Enrique solo piensa en que quiere estar con Blanca.
Acabada la jornada de velatorio, se espera otra más antes del funeral. En realidad lo normal es una semana mínimo de sepelio pero Enrique desea estar con Blanca que está en el hospital casi drogada. A la reina también le interesa que todo sea rápido para que nadie abra la caja. Es más con la presencia de Emilio todo es mas peligroso. Aunque los guardias tratan de impedir que se acerque a ellos, Mariana se abre paso entre ellos. La habían alejado de Emilio pero de nuevo se acerca a él.
--¿¿qué quieres hacer? –le pregunta.
--Yo no me quiero ir... --dice Emilio al que unos guardias lo van empujando a la salida.
Mariana trata de defender los derechos de Emilio pero el chico tampoco quiere hacer un escándalo.
--¡¡tú ahora ya has visto a tu hermana, vete a tu país¡ --Letizia.
--No, yo quiero estar hasta el final a su lado... –Emilio triste.
Letizia se muestra muy altanera:
--De acuerdo... pero será como nosotros digamos...
La reina va a irse y Emilio dice:
--¿en que hospital está mi sobrino?
--¡tú no tienes nada que hacer con el heredero¡ --Letizia brusca.
--es mi sobrino...
--¡no lo es... es el futuro rey¡ ¡¡ahora que tu hermana está muerta no tienes derecho a nada... el heredero no va a tener como tío a un gay¡¡ --Letizia.
Enrique ya se ha adelantado a estar con Blanca aunque ella se la pasa dormida. Mariana defiende a Emilio:
--Emilio es el tío, nadie le puede impedir que lo vea... Yo vale que no tenga derechos pues no estoy reconocida pero Emilio es su tío aunque no les guste… Podemos ir con la prensa.
--aunque sea una vez --suplica Emilio en una actitud más humilde que Mariana..
--Esta bien, yo te dejó ver al heredero una vez pero tú te regresas a tu país y no molestes más...
--¿y el entierro de mi hermana?
--te vas en el primer avión... Elige... --Letizia.
--yo esperaba que me dejaran verlo un momento hasta de irme... --Emilio triste.
--claro que sí, ves al heredero pero sin tocarlo y te vas en el mismo momento a tu país y no te molestes en volver porque tendrá la entrada prohibida...
Mariana se iba a meter pero Emilio se le adelanta:
--quiero estar en el entierro de mi hermana. No quiero que la gente diga que ni en su muerte estuve con ella... Para verlo una vez y con prisas mejor lo veo en la tele...
Emilio se traga sus lagrimas y se va. Mariana a su lado.
--¡¡nos vemos mañana¡ --dice Mariana.
La reina mira a los dos con asco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario