miércoles, 10 de marzo de 2010

capitulo 10




Amanece en Calabria, la cocinera le informa a Blanca que le han llegado un ramo de flores. La dama de compañía de la princesa no sale de su asombro. Nunca le habían enviado flores.
--usted debe estar confundida... No pueden ser para mí...
--¡¡claro que sí, dijeron para Blanca, la dama de compañía de nuestra princesa...¡
--bueno pero debe ser para que yo se las entregue a ella...
--No, no lo creo pero igual mira la tarjeta...
Blanca tiembla, no puede creer que sean de él. La cocinera la deja a solas para que no se sienta incómoda. Con ansiedad Blanca se estremece al leer la tarjeta: "que me case con una princesa por obligación no quiere decir que no pueda amar a nadie... Te espero en Ascot, no me falles... Aunque sea como mi amiga... Por favor..."
Blanca está feliz.
--pero si voy a Ascot va a creer que quiero ser su amante...
Blanca se debate entre lo que quiere hacer y lo que debe. Lee una y otra vez la tarjeta del príncipe. En sólo unas horas el príncipe ya se ha adueñado de ella.

Sara, por su lado, entra en los aposentos de su hermano:
--¿me llamabas?
Se sorprende al ver que está haciendo las maletas.
--¿y esto?
--Tú vas a estar en lo más alto y yo soy una carga para ti...
--No quiero que te vayas por lo que pasó ayer...
--Ellos ahora serán tu familia, no debes empezar con mal pie... Piensa que Enrique se puede casar con cualquiera pero tú si te casas con otro lo pierdes todo y no me importaría tanto si no te viera tan feliz...
--deja que yo hable con Enrique, estoy seguro que entenderá si le digo que mi ilusión es entrar en la iglesia de tu brazo...
--pero es que yo soy muy torpe, tengo miedo de hacerte hacer el ridículo. Me voy a poner muy nervioso con todo la prensa encima... es mejor que yo me aleje...
--está bien, pero tu lugar es este... tú me representarás porque yo estaré en Ascot...
--Yo nunca quise ser príncipe... quiero ir a España...

Cuando Sara llega a sus aposentos, Blanca está en ellos.
--tengo que hablar contigo...
Sara se sienta en la cama:
--¡¡no me digas que es otra vez por eso que no quieres venir a Ascot... no te lo voy a permitir¡ ¡¡mi hermano se va a España... voy a necesitar una amiga¡
Aunque se siente culpable porque Sara se está portando muy bien con ella, le dice:
--No, vengo contigo...
Las dos se abrazan.
--gracias, gracias...
Blanca se siente una mala mujer por lo que ella está naciendo entre ella y el príncipe.




Mientras Enrique vuela hacia Ascot con una sonrisa en los labios pensando en Blanca.
--va a venir, va a venir... --susurra.
Su madre lo mira:
--quien solo se ríe de sus maldades se acuerda... ¿¡qué es lo que te pasa a ti?
Enrique sonríe:
--tranquila, no es nada que interfiera en tus planes.
A Letizia le gustaría saber porqué su hijo está tan feliz. No le gusta no saberlo todo de todo el mundo.




Nada más bajar del avión, Enrique pide ir en un auto diferente al de su madre. Tiene muchas ganas de ver a Guillermo. Molesta la reina le dice:
--¡¡no me digas que me vas a dejar sola para ver a tu amiguito??¡
Con cierta ironía, Enrique le dice:
--pues no me preguntes si no quieres que te diga...
Enrique sonríe, saluda a su pueblo y luego se mete en su auto. Justo cuando se acerca al puerto, se saca la americana, la corbata, se desabrocha la camisa, se la remanga:
--déjeme solo...
--¿cómo volverá?¿que le digo a la reina?
--Guille me podrá traer en su moto¡...
Guillermo está en cubierta del barco tendiendo la ropa.
--¡¡Guille¡
El guapo amigo del príncipe le sonríe:
--sube...
Los dos amigos se abrazan en cubierta. A Guillermo le alegra ver a su amigo tan contento.
--vaya, veo que te fue bien...
--No viste mi pedida por televisión?
--ya sabes que no... No me interesa nada de esas falsedades... ¿quieres tomar algo?
--si una cerveza...
Guillermo le va a buscar una. Se acerca con dos latas, le da una. Se sienta mientras se la bebe. Enrique se sienta a su lado pero se vuelve a levantar en seguida. Está muy ansioso.
--veo que te fue muy bien en Calabria...
Enrique mira a su amigo y le dice:
--he conocido a la chica más hermosa del mundo, además no es sólo su belleza... no sé... tiene algo que me ha atrapado... Creo que es la chica de la que me podría enamorar... esa chica es lo que he estado buscando...
Guillermo lo mira sorprendido:
--vaya, así que te gustó tu prometida... Tu madre acertó esta vez...
Enrique se sienta a su lado:
--¿¡que tontería dices?¡ ¡¡Yo nunca me podría enamorar de una mujer tan artificial como Sara de Calabria?
--¿y entonces?
--Se llama Blanca... es su dama de compañía...
--¡¿¿te acostaste con la dama de compañía de tu prometida en su pedida?¡ --Guillermo sorprendido y hasta escandalizado.
--No, no me acosté con ella... aún --sonríe pícaro-- Blanca le tiene miedo al amor, yo creo que nunca ha estado con un hombre. No le hace gracia eso de tener que ser mi amante...
--te lo dije...
--pero le gusto y cuando ella se dé cuenta que no la quiero sólo para un desahogo de una noche caerá a mis brazos
--¿Tu prometida la llevara a Ascot?
Con cara de depravado Enrique dice:
--claro, son como hermanas... si me pidió que Blanca durmiera cerca de nosotros.
Guillermo se levanta, se lleva las manos a la cabeza y lo mira regañón:
--¡¡no puedes tener bajo el mismo techo a tu esposa y su amante¡¡ ¡y más si son amigas... no puedes romper una amistad¡
--A mi solo me importa Blanca, Sara nunca lo sabrá. Además Sara más que nada esta en su papel. Le dará igual que tenga una o mil amantes...
--No puedo creer que una mujer sea tan superficial...
--Pues así es... si no te gusta mi madre, si crees que es una mujer falsa, una máscara, un disfraz Sara es su vivo retrato. Es una falsa, una prostituta de lujo. Le da igual acostarse con el que fuera con tal de tener poder... Si en vez de casarse conmigo le ofrecen dinero por ser mi amante ¡¡ella lo hace¡ ¡¡iba como una moto... me quería hacer el amor el mismo día que nos conocimos¡¡
Enrique le cuenta a Guillermo todo lo que su madre opina de Sara logrando que Guillermo sienta un gran desprecio hacia esa mujer que desea no conocer jamás.
--no te cases con una mujer así...
Fascinado con Blanca Enrique dice:
--más que nunca me voy a casar... Sara duplicará mi poder y además me traerá a la mujer que será mi amante...




Han pasado varios meses, de hecho ya se está por cumplir el sexto mes de la muerte de la anciana Princesa de Calabria y justo es ese día en el que se casarán Enrique y Sara. La princesa llega a Ascot con Blanca tras meses sin ver a Enrique. Está feliz.
--¡al fin lo veré... al fin lo veré¡
Sara no ha sabido nada de Enrique y eso la tiene triste:
--pero yo vi como me miraba, sé que me va a querer mucho... Vamos a ser muy felices juntos.
Blanca no puede evitar sentir culpa porque ella cada semana ha ido recibiendo una rosa de Enrique junto a un poema de amor. Eso hace que la joven esté muy enamorada pero que rechace sus sentimientos. Se siente una mala mujer ante Sara que la siente como una hermana. Aunque por protocolo no pueden estar juntas, sí la quiere cerca. Las dos chicas están muy ansiosos porqué al fin verán a Enrique. Éste las espera en el aeropuerto. Está feliz.
Su madre está con él.
--¿por qué esté entusiasmo?

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