martes, 9 de marzo de 2010

Capitulo 2



En España, en un humilde hogar, viven Emilio y Sara. Los hermanos comentan la actualidad de la prensa rosa mientras hablan de sus cosas.
--¿a poco esperas que un príncipe azul con su caballo se pare frente a la casa y te rapte para hacerte su esposa? Vale que papá siempre te dijera que tú eras una princesa y que algún día te casarías con un príncipe pero eran cosas que los papás le dicen a sus hijas... y más tú que eras su debilidad...
Sara sonríe:
--casarse con un príncipe... con lo guapo que son...
--habrá de todo...
--No sé que tienen los príncipes... ¡¡me encantan¡ a ti te gustan los futbolistas y a mí los príncipes...
--a mí solo me gusta Ronaldo y sé que nunca será para mí al igual que tú te casarás con un triste mortal... no con un príncipe...
Sara mira a su hermano resignada:
--lo sé... aunque es lindo soñar que lo que me dijo papá tuviera algo de verdad y yo me casara con uno de esos príncipes tan guapos que sale en las revistas...
Sara suspira. Sigue hablando:
--No sé... me parece que no voy a ser capaz de mirar a un hombre... siempre me sabe a poco...
--Pues así te quedaras para monja...
--tú tampoco puedes hablar mucho...
--yo no soy virgen como tú... yo siempre estoy dispuesto mientras sea guapo...

5 meses después...
En Ascot, Guillermo y Enrique están acercándose al Palacio.
--es ya muy tarde y a tu madre no le hará gracia verme...
Con cierta amargura, Enrique dice:
--dentro de un mes me caso... tengo derecho a disfrutar...
Guillermo le pone la mano en los hombros muy fraternalmente:
--aún estás a tiempo... si no quieres no lo hagas...
--ya todo está listo... Ya no puedo echarme atrás... me caso porque me caso --dice el príncipe resignado.
Guillermo iba a decir algo pero sale la reina. Está muy nerviosa que ni le molesta ver a Guillermo.
--¡¡lo perdimos todo... todo lo que soñé para ti¡
Los dos amigos se miran sorprendidos. Enrique se acerca a su madre:
--¡¡que te pasa?¡
--¡¡tu novia se ha muerta... maldita sea... pudo haber esperado a después de la boda¡¡
Enrique está muy sorprendido al igual que Guillermo.


Enrique y su madre la ambiciosa reina Letizia están hablando en la biblioteca de ésta.
--creo que has sido muy grosera con mi amigo. Guille no tiene la culpa de nada.
La reina da un golpe a la mesa con furia.
--¡¡con el semejante lío que tenemos a quien le importa ese pobre infeliz¡
--A mí tus rollos me dan igual.. él es como un hermano para mí...
La reina bofetea a su hijo con odio. Ese comentario de su único hijo le ha dolido y mucho.
--¡¡eso no lo vuelvas a decir ni en broma¡¡
Enrique no entiende la reacción de su madre. Se toca al cachete molesto:
--¡¡a mí no me vuelvas a pegar¡¡
Y Letizia vuelve a bofetear a su hijo:
--¡¡a mí no me grites¡¡
Enrique mira a su madre con odio:
--¡¡pues si sigues así te vas a quedar sola¡¡
Enrique iba a irse de la biblioteca pero con un tono muy autoritario la mujer le dice:
--¡¡Enrique de Ascot... ni se te ocurra irte... no hemos terminado¡¡
Aunque no le gusta el comportamiento de su madre, Enrique se queda. Sabe que tiene obligaciones. La reina sigue muy molesta.
--¡¡siéntate y me vas a escuchar¡ ¡tú eres el futuro rey y prometiste...¡
Enrique no deja seguir a su madre:
--sé lo que he prometido y lo voy a cumplir... ¿¿qué es lo que quieres?¿qué me case con la vieja Princesa de Calabria?
La reina está muy enojada:
--¡¡esto que ha pasado es muy grave...¡¡ La Princesa tiene 87 años y con sus hijos muertos y ahora su única nieta no hubiera durado mucho¡¡ ¡¡¿es que te imaginas si ese accidente pasa un mes después¡¡ ¡¡serías riquísimo¡
--no creo que sea un problema de dinero...
--claro que no... pero el dinero nunca está de más... la fortuna de la familia real de Calabria es tan fuerte como la nuestra... imagina la unión y no sólo eso... todo bajo tu dominio... ¡¡no es normal que una princesa tenga tanto poder... tanto dinero¡¡ Un príncipe sí pero no una princesa..¡ ¡¡tú eres un buen partido para cualquiera princesa pero no hay ninguna que sea buen partido para ti, que te beneficie¡
--ni modo, tendremos que conformarnos con una que sea una buena reina que es lo único que se espera de ella...
La reina da un golpe a la mesa. Está como loca.
--¡perdimos una oportunidad de oro¡¡ ¡¡tú podrías haber heredado a esa idiota¡¡ ¡¡¿porqué no esperó en morirse?
--pobre, tenía sólo 22 años ni que ella pudiera controlar los accidentes... cuando tomó ese avión nunca esperó encontrar la muerte... su abuela debe estar destrozada...
--¡¡a mí que me importa esa gentuza¡¡ ¡¡lo único que me importa es que esa vieja se ha quedado sin herederos... y cuando muera todo ese dinero se perderá¡
--Y no tendrá derecho a la herencia el hijo de la princesa Sara...?
--¿¿ese bastardo? ¡¡claro que no¡ ¡¡¡todo el mundo sabe que no es legítimo, no nos pueden hacer eso¡
--¿y quien te dice que no tuvo hijos legítimos que ahora son los herederos?
Esa posibilidad enfurece a la malvada Letizia. Con ironía, Enrique dice a su madre:
--a lo mejor hasta tuvo una hija y aún no es imposible que me pueda casar con la Princesa de Calabria...
Los ojos de la reina brillan de ambición ante esa posibilidad que su hijo ha dicho de broma:
--no es tan imposible... y aunque sea una don nadie... Todo el dinero que heredaría taparía su poca clase... Aunque hija de un muerto de hambre sería una princesa...
--lo decía en broma... si no se sabe es porque a lo mejor hasta el hijo murió... si tuviera herederos ¿no crees que habrían reclamado?
--Sara de Calabria desapareció... Supimos que murió pero ni sabemos dónde está el cuerpo... yo creo que no es tan imposible que tenga una hija... tenemos que informarnos porque si existe otra princesa de Calabria... ¡¡Esa será tu esposa¡
Enrique no hace demasiado caso a su madre:
--bueno pues sí encuentras con quien sustituir a mi prometida muerta y me caso en un mes me avisas --irónico.
--¡esto es serio... obvio que la boda se suspende... tenemos que guardar el luto¡
Enrique sonríe y deja sola a su madre que está pensando en cómo saber si hay otra princesa de Calabria..

Al día siguiente, Enrique y Guillermo se encuentran en el muelle. Sobre el yate de Enrique donde vive Guillermo que también se encarga de repararlo. Enrique se siente bien en ese lugar, con su amigo. Siente que son los únicos momentos en los que puede ser feliz. Los dos amigos miran por la borda mientras hablan.
--sabes, te envidio..
Con ironía Guillermo le dice:
--¿tú un futuro rey y rico? ¿me envidias a mí a un pobre diablo?
--No eres pobre aunque vives en un barco.
Guillermo sonríe:
--me gusta vivir así...En el mar me siente libre...
--por eso te envidio... tu única obligación es el mar...
--¿estás triste porque se murió tu novia?
--ya sabes que no... sólo la vi dos veces y eso es lo que me tiene mal... No la conocía y me iba a casar con ella... se murió mi novia y no la puedo llorar porque no la conocía... No es que me diera igual pero...
Guillermo le pone la mano en los hombros. Lo mira como si fuera su hermano mayor:
--no tienes porqué sentirte mal... como tú bien dices... No la conocías... Aunque suena cruel, a veces las cosas pasan porque sí...
--¿quieres decir que esto es una señal para que yo no me case?
--quien sabe...
--Sí no es esta princesa es otra... Lo que ha pasado ha retrasado la boda pero no la suspende... Yo me tendré que casar y no podré hacerlo con la chica que yo elija sino con la que elija mi madre...
--No lo hagas, que esto que ha pasado te sirva para algo... que la muerte de esa chica te sirva de algo...
Enrique está algo triste:
--ojalá fuera libre como tú pero no puedo...
Los dos amigos se miran con mucho cariño. A Guillermo le duele no poder ayudar a su amigo, no poder protegerlo como si fuera su hermano para que nadie lo lastime.

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