Enrique habla resignado, Guillermo está horrorizado por la manera en la que su amigo habla de su prometida:
--¡¡Pero esa mujer es un monstruo si es como tú la describes...¡¡
--así es la vida... ¿cuantas mujeres de sociedad lo que esperan es un marido que le dé una vida mejor?
--¿y te vas a casar con ella en serio?
--claro me va a venir bien para mis planes, los dos sabemos que nuestra unión sólo será de cara a la gente de fuera en actos oficiales y en la cama. Es un buen negocio para los dos...
--esto es inmoral... yo una mujer así ni en fotos... Espero que nunca tenga la desgracia de encontrarme a esa descarada ni de lejos, ni de casualidad...
--la verás en mi boda...
--pues un motivo más para no ir.
--eso no lo digas ni en broma...
Guillermo mira serio a su amigo:
--es que, la verdad... No es algo que quiera hacer...
--No me hagas esto. Necesito tu apoyo. Por favor... cambia de idea...
Se hace un silencio en el que Enrique espera que su amigo lo haya pensando mejor:
--vendrás a la boda ¿no? eres mi amigo... El hermano que siempre soñé tener...
Guillermo lo mira emocionado, le pone las manos en los hombros. Lo mira con cariño:
--te agradezco tu cariño y te aseguro que yo siento lo mismo que tú...
--dime que vendrás a mi boda...
--no... no creo que pueda callar lo que opino... ¡¡tu madre, esa princesa¡¡ ¡¡es inmoral todo esto.
--Guille, hemos hablando de esto miles de veces. Mi obligación es casarme con la mejor opción para mi país...
--¿¿y qué pasa con el amor? ¿es que no sueñas con enamorarte?
--sí claro que sí... Yo sé que mi padre amó mucho a una mujer, a la que amó toda la vida y no era mi madre...
Guillermo le da un pequeño golpe en la cabeza:
--¡¡pero escúchate...¡¡ ¡¡es una inmoralidad lo que dices¡¡ ¡¡te vas a casar pero ya con la idea de tener una amante¡
--Así funcionan las cosas, la esposa viene impuesta y la amante la eliges libremente... Todas las partes lo tienen claro...
--Tu madre creo que no... Está muy amargada...
--Le dolió demasiado la muerte de mi padre...
--¿y no crees que lo que le dolió es saber que su marido amaba a otra mujer?¿no te duele lastimar a una chica? Debe ser muy duro para una mujer compartir a su marido.
--¡¡No porque no la engaño... si ella se casa conmigo no es por amor y sabe que mi única obligación con ella será la de embarazarla lo antes posible...¡¡
Enrique está convencido que lo que hace es lo correcto. No imagina que Sara está enamorada de él de verlo en la televisión, que está aprendiendo a ser princesa por él, que vive con la ilusión de una novia enamorada.
Guillermo acaricia a su amigo fraternalmente:
--no lo hagas... imagina que te enamoras de una chica que no acepta tu situación, que no quiere ser tu amante...
--Si me ama de verdad lo entenderá... además yo jamás me enamoraría de alguien de la realeza entonces ella entenderá que sólo puede ser mi amante...
Guillermo está desesperado:
--pues lo siento por ti... tú siempre serás mi amigo y te esperaré aquí, en mi mundo, pero no me pidas que me meta en tu mundo. Ese mundo que es una basura y ni se te ocurra venir aquí con ella... Yo a una mujer de esa calaña no la quiero ver ni en fotos...
--me hubiera gustado que me apoyaras pero ni modo...
--Además a tu madre le da algo si me ve en la boda... es lo mejor que yo me quede...
--está bien, te entiendo... tal vez es mejor no mezclar las cosas... Siempre que esté solo vendré a verte, este lugar es sólo para nosotros dos...
En el fondo Enrique envidia la libertad de su amigo.
--tuyo y mio sin mujeres...
Los dos amigos se sonríen y se abrazan.
Al llegar al palacio, Enrique se encuentra con su madre. La reina Letizia le habla de que ya está todo listo para su viaje a Calabria para conocer a su prometida.
--¿y no la puedo conocer en la boda? --dice indiferente.
Doña Letizia se molesta mucho:
--¡¡claro que no... por favor... es tu boda... ¿¿cómo no vas a conocer a tu futura esposa antes de la boda?¡
Enrique sonríe con amargura:
--mamá, no seas hipócrita... ¿qué más da si conozco a mi futura esposa en la boda o la veo un par de veces antes??
A la reina le molesta mucho la ironía de su hijo:
--¡¡se hará lo que yo diga y punto...¡¡ ¡¡esta boda es muy importante para nuestro país... espero que no les falles al pueblo¡
--no lo haré pero no pienso fingir ante ti, tú sabes que la novia me da igual y conocerla es pura obligación pues no me preguntes... cuando no tenga más remedio de verla pues la veré...
El príncipe se iba a ir enojado pero la reina se le acerca y trata de ser lo más dulce que su mal carácter y su amargura le permiten:
--Yo me casé con el hombre que tu abuelo me eligió y aunque tal vez no fue el marido que yo esperaba sí fue el rey consorte que necesitaba... Eso es lo más importante...
Enrique mira a su madre con pena:
--¿no fuiste feliz, verdad?
--Antes que mujer soy reina y espero que tú primero seas rey y después hombre...
--las dos cosas son compatibles pero tranquila si tengo que elegir mi pueblo está antes que nada...
La reina se queda más tranquila, la unión con la casa de Calabria será muy beneficiosa para su país y tiene miedo que Enrique por rebeldía lo eche todo a perder. Enrique se quiere ir pero su madre lo llama.
--¿¿qué quieres ahora?
Olvidado ese soplo de supuesta ternura y con mucho desprecio, la reina dice:
--¡¡espero que ese inútil de tu amigo no vaya a ocurrírsele a ir a la boda. Espero que tú sepas cual es su lugar...¡¡
--si te refieres a mi casi hermano Guillermo no irá a la boda porque él no quiere y eso que yo le rogué...
la reina lo bofetea:
--¡¡esa basura no es nada tuyo... te prohíbo que lo llames hermano¡¡
A Enrique le sorprende siempre el desmesurado odio de su madre hacia Guillermo:
--¿¿porqué lo odias tanto?? No te has dado tiempo a conocerlo, yo lo quiero mucho... Es el hermano que me hubiera gustado tener...
La reina lo vuelve a bofetear con un odio atroz:
--¡¡jamás en tu vida repitas esto¡ --dice con mucha agresividad.
El odio que ve en los ojos de su madre le da demasiado miedo y no le dice nada. La reina se encierra en la biblioteca. La sala es dominada por un retrato de su marido que tiene por obligación. Lo mira con odio:
--¡¡maldito seas, maldito¡¡ ¡¡espero que te pudras en el infierno¡¡
La reina llora de rabia:
--¡¡debes estar retorciéndose en tu tumba al ver que mi hijo y ese bastardo se quieren como hermanos¡¡¡ ¡¡pero ese secreto me lo llevaré a la tumba, nunca sabrán la verdad¡¡ ¡¡nunca¡¡
Con todo lo alto es recibida en Calabria la familia real de Ascot. A Sara le tiembla todo cuando tiene frente a Enrique. Se estremece sólo de mirarlo. Suspira enamorada. Su corazón late con fuerza.
--en persona aún eres más guapo --jadea ella.
Tanto la reina como el príncipe están muy sorprendidos por la emoción que demuestra Sara. Como todo un caballero, Enrique la besa en la mano. Aunque él se muestra frío ella está entusiasmada. Camina cerca de él, vibra sólo de sentirlo junto a ella. Lo mira enamorada, está fascinada. Le parece un sueño que se hombre vaya a ser su marido, que vaya a vivir su primera vez con él. Las miradas de ella son muy intensas y penetran a Enrique. Éste la mira de reojo:
--la verdad es que está bien buena --dice él para sí con deseo.
Enrique la mira excitada y Sara no puede disimular su alegría al creer que él siente por ella lo mismo que ella por él. Al oído Enrique susurra a su madre:
--¿y a esta loca que le pasa?
Madre e hijo hablan muy flojito, nadie los escucha:
--ella está en su papel... ella es una don nadie, su futuro depende de esa boda. Lo sabe y por eso hará lo que sea... Ella sí sabe fingir, así tendrías que ser tú...
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