martes, 16 de marzo de 2010

Capitulo 29





Sara lo abraza a Guillermo. Él siente su angustia. Es muy dulce con ella.
--Llora, te hará bien...
--No quiero llorar... a tu lado no temo nada... tú eres mi luz, un pequeño paraíso que me caído del cielo...
Guillermo no puede de tanto amor. Tiene que hacer un esfuerzo para soportar las caricias de Sara que lo estremecen y no besarla y estrecharla entre sus brazos. La joven princesa lo trata con mucho cariño:
--debes estar muy cansado...
--no te preocupes...
--yo te sustituyo...
Guillermo sonríe:
--¿a poco sabes navegar?
--No, pero si me das indicaciones...
Guillermo la besa en las manos:
--no, descansa... No olvides que aún deberías estar en el hospital... Lo mejor es que estés en cama lo máximo posible... y sobretodo disfruta de tu hija...
--¿y tu...? Es urgente que nos alejemos pero si caes enfermo no me podrás ayudar y te necesito mucho...
--Gracias por preocuparte por mí pero no es la primera vez que hago esto... cuando estoy navegando me olvido del sueño... Es mi gran pasión... Además cuando encontremos alguna cala segura podremos descansar un poco... conozco los puertos más discretos... no nos podrán buscar en todos, sino en los principales y en esos no nos pararemos... Cornualles está demasiado cerca de Ascot es mejor que no nos detengamos aquí...
--¿Cornualles es el país vecino, no?
--si.
--es que no conozco mucho la geografía inglesa...
--Pues ahora aprenderás... Glasgow es pequeño. No es muy habitual en paradas. Antes nos buscaran en Cornualles... Además conozco gente en Glasgow. Confía en mí.
Sara lo abraza.
--siempre confiaré en ti. ¿llegaremos a España...?
--si claro... aunque tardaremos...
--Nos deben estar buscando... creo que sabrán que me fui contigo... seguro que piensan que fui a España... tengo dos hermanos allá...
Guillermo ante todo procura que la mujer esté tranquila:
--nadie conoce el mar como yo... iremos lento pero seguro... nadie nos encontrará... seguiremos la ruta contraria a la que se espera, daremos una vuelta grande. Tardaremos el doble pero nadie imaginará que nos fuimos por ahí...
La bebé llora. Sara la saca de la cuna y un temor se asoma a su vientre:
--¿y si se me muere...?
Guillermo sonríe pícaro:
--tu bebé estará bien alimentada...
No puede evitar mirar excitado los grandes senos de la mujer. Ella se ruboriza.
--perdón...
La bebé se calma en brazos de mamá y con las caricias de ese padre postizo.
--cuando lleguemos a la frontera de Glasgow bajaré a comprar algo, conozco gente que te conseguirá documentación falsa... así podremos llegar sin problemas a España... podemos registrar a tu hija en Glasgow con tu nueva identidad y como hija mía... creo que será mejor por tu seguridad que viajemos como un matrimonio, así no tendremos podremos para entrar a España...
ella lo besa en la mejilla:
--me faltará vida para pagarte...
Él sonríe con timidez.
--estoy feliz de poder ayudarte... Él se siente feliz de tenerla y culpable que sea una tragedia lo que la ha traído a él.


El día después de la desaparición de Sara se produce la llegada de Enrique en medio de la expectación de la prensa en un país que celebra el nacimiento de su heredero y llora a su princesa... la reina de negro lo va a recibir. Lo agraza llorando. Enrique está muy triste aunque controla su dolor. Se da cuenta que su madre no es sincera. Ella lo besa y grita para que todos puedan publicar lo mucho que sufre su reina:
--¡¡que tragedia tan grande... la princesa era para mí una hija¡¡
Madre e hijo están abrazados. Enrique al oído le dice:
--deja el teatro... me tienes que contar lo que pasó con Blanca...
Letizia mira a su hijo con reproche:
--lo único que te tiene que importar es que tu heredero está bien...
Enrique pasa de largo. Recibe las condolencias de las autoridades. Se traslada al hospital en medio de un gran equipo de seguridad. Doña Letizia le habla del funeral pero a Enrique no le importa nada. La reina de vez en cuando sonríe porque todo está saliendo tan bien. Lo único que le preocupa a Enrique es Blanca. La reina sabe que no tendrá que inventar nada para que Enrique no vea a su esposa porque no pregunta por ella.
--¿seguro que Blanca está bien?
--si, de salud está bien aunque claro... se murió su bebé por su culpa y sobretodo lo de la princesa... ¡¡fue casi un asesinato...¡¡ ¡¡yo creo que deberíamos contar la verdad y que Blanca pagara con la cárcel su delito¡
Enrique mira a su madre molesto:
--¡¡ni se te ocurra...¡ ¡por lo que entendí fue un accidente¡¡
--¿no me digas que vas a seguir con ella después de lo que te hizo?
Enrique está muy angustiado:
--¡¡ahora que estamos solos me tienes que contar exactamente lo que ocurrió¡
--no sé bien... yo cuando llegué estaban las dos rodando por las escaleras. Fue algo muy triste. Es mejor que no averigüemos lo que pasó... Por lo que pude oír Blanca le estaba contando a tu esposa que el hijo que esperaba era tuyo y las dos se pelearon... Esa mujer es una salvaje... Aunque bueno la muerte de Sara te beneficia. Tú y su hijo lo heredáis todo, por fin el imperio de los Calabria es tuyo y bueno, ese bastardo era una molestia... No sé cómo le dejaste tenerlo...
Enrique mira a su madre con mucho dolor:
--¡yo amo a Blanca y deseaba tener a su hijo... de hecho me importa más que el de Sara...¡ ¡¡el de Blanca era fruto del amor, era mi hijo y el de Sara era sólo mi heredero¡¡
--si se nota, no pasaste ni un solo segundo con tu esposa... Aunque bueno ahora tendrás que fingir ser el viudo afligido.
Enrique mira hacia la ventana. Le duele la frialdad de su madre. Él no puede evitar llorar. Le duele mucho la supuesta muerte de su hijo. La reina sigue dando su versión de los hechos:
--¡¡a ver que haces con tu amante... está como loca y no cree que su hijo murió... cree que se lo robé o no sé que cosa...¡ Se empeña en ver el cadáver pero el médico me lo ha prohibido... dice que se volvería aún más loca de lo que está¡
Enrique siente mucho dolor por Blanca. Quisiera ir con ella.
--¡¡que el chofer vaya más rápido¡¡ --grita él..
--hijo, tienes que calmarte, si la prensa se entera que con los preparativos del entierro de tu esposa tu estás preocupado por tu amante...
--¡¡a mi no me importa lo que digan los demás,... a mí me importa Blanca¡¡
--¡no sé que te ha dado esa cualquiera¡¡
--¡¡Blanca no es una cualquiera¡¡
--pues ser la amante de un hombre casado no es cosa de mujeres decentes...
Enrique vuelve a mirar a la ventana. No le importa nada. Letizia sigue hablando:
--cuando todo pase tendrás que hablar --con ironía-- con la santa de tu amante. está como loca... niega que pegara a Sara, que le dijera la verdad... cree que fue un complot para robarle al niño... es el shock, el médico dice que es mejor no llevarle la contraria... no le hagas preguntas...
Enrique no puede evitar llorar muy herido. Piensa en los momentos bonitos que vivieron y le duele que lo esté pasando mal y sobretodo él no esté a su lado.


Llegan al hospital.
--ya verás tu hijo... está precioso... Es idéntico a ti... Digno sucesor de la Dinastía de los Ascot... En su día llevaría con orgullo el nombre de Enrique XXl.
Enrique muy serio dice:
--quiero ver a Blanca...
--Ahora no... lo más importante es ver a tu hijo... Luego tienes que ir a llorar a tu esposa...
Enrique mira a su madre y le ordena:
--¡¡quiero ver a Blanca, ya¡¡
La reina pasa de sus órdenes. Tal y como ella ha pedido una enfermera llega con el bebe... La reina lo agarra en brazos y se lo entrega a su hijo. Enrique lo mira emocionado. Besa a su hijo. Siente algo muy especial por él. Llora. Parece que se ha olvidado de todo. Letizia está segura que su hijo no volverá a pensar en Blanca. Mientras besa y le dice cosas a su hijo, Enrique no puede evitar llorar:
--nunca pensé que fuera a querer tanto al hijo de Sara...
--es tu hijo, mi nieto... No importa que sea el hijo de una cualquiera... –Letizia.
Enrique mira a su bebé con emoción:
--yo te voy a querer mucho. Te juro que no vas a notar la ausencia de tu mamá...
--para tener una madre como esa mejor no tiene, le buscaremos la mejor nodriza...
--No, quiero que Blanca lo crie...
--¿¿¡esa perdida?¡
--es la mujer que amo, estoy seguro que este bebé llenará al vacio que dejó el que perdimos...
--Yo no creo que sea lo más adecuado...
--No me importa lo que tú pienses... es mi hijo. No el tuyo.
Enrique mira con fascinación a su hijo. Letizia lamenta no haber ordenado matar también a Blanca pero le pareció demasiado.

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