jueves, 11 de marzo de 2010
Capitulo 11
La distancia y el tiempo ha hecho que Enrique deseé aún más a Blanca.
--¿qué tiene de malo que esté contento?
Letizia aclara las cosas con su hijo.
--El amor daña el cerebro de los hombres, tú matrimonio es un contrato... En ningún lugar se te pide que ames a tu futuro esposa...
El corazón del joven príncipe late con fuerza al ver a lo lejos a Blanca. Sara le manda un beso, está convencida que la cara de enamorado de él es por ella.
--¡¡míralo... mira como me mira¡
Blanca está segura que esa mirada no es para la princesa. Enrique y Blanca tienen la mirada clavada el uno en el otro, vibran al mirarse, al sentir como sus miradas se penetran. Enrique siente el amor de Blanca, está feliz porque en unos días la chica vivirá cerca de él. Aunque no es lo único que le importa de ella, está seguro que hará el amor con ella. De hecho espera su boda con ansiedad para poder vivir lo que siente con Blanca. Está seguro que ella no se le va a negar y eso lo tiene muy feliz. A Letizia no le gusta que se le escape nada:
--¿a ti que te pasa?
Enrique no escucha a su madre porque está ensimismado mirando a Blanca, la reina le estima de la americana:
--¿estás borracho o qué?
Sin dejar de mirar a Blanca con una sonrisa, Enrique dice:
--me dijiste que me fingiera enamorado...
--si pero ¿no te estás pasando?
--Pues Sara era aún más indiscreta y a ti te parecía bien, te encantaba que la gente creyera que nuestra boda es de cuento de hadas...
--si, tienes razón... No esperaba que actuaras tan bien en tu papel...
--pues ya ves... --dice él con una sonrisa pícara.
Sara tiembla al tener a Enrique ante ella. Lo mira enamorada:
--te he echado tanto de menos, deseaba tanto volver a verte... --jadea ella.
Él está emocionado pero por Blanca. Sara desea echarse en los brazos de Enrique pero Letizia se interpone entre ellos:
--eres una princesa, no una ramera... no lo olvides --susurra.
Enrique la besa en la mejilla a Sara, le guiña el ojo a Blanca que vibra como si la hubiera besado. Enrique y Sara juntos son aclamados por el pueblo. Aunque lo tiene cerca él está en otro lado aunque Sara no se quiere dar cuenta. Los novios se desplazan en auto en todo momento junto a la reina que no le saca los ojos de encima a Sara. Ésta desea acariciar a su marido pero no se atreve, aunque sus cuerpos se rozan y ella se muere de deseo. Enrique va mirando hacia atrás, en el auto que los sigue está Blanca. Enrique despide a Sara en el palacio dónde se alojará hasta la boda ,cerca del Palacio Real. La reina les anuncia los actos en los que tienen que ir los novios que serán las únicas veces que se verán Sara con Enrique. Sara mira a su amado y le dice:
--pero tenemos que hablar de la boda ¿no?
--No, de eso se ha ocupado mi madre... ella te dirá si tienes que hacer algo...
Enrique le guiña el ojo a Blanca y se va muy deprisa. Sara se queda con una sensación amarga...
Mientras Letizia sale del palacio no sabe cómo pero pierde a su hijo.
--¿y este dónde se metió?
Blanca llega a la recámara que se ha destinado para ella. Abre la puerta, alguien la abraza. Le pone la mano en la boca para que no grite. Es Enrique.
--tenia tanta ganas de verte...
Los dos se miran apasionadamente.
Blanca se asusta al ver a Enrique en su recámara cuando Sara está unos metros más allá. Él casi roza sus labios, ella le da un empujón. Piensa que todo para el joven es un juego y le duele:
--¡vete¡
Enrique la mira sorprendido:
--¿que te pasa?
El príncipe sabe que la chica se siente atraído por él y por eso no entiende porqué lo rechaza. Trata de acariciarla pero ella lo rechaza.
--¡¡no soy una cualquiera...¡¡
--ya lo sé... tú sientes lo mismo que yo... Déjate llevar... yo sé que te hago sentir cosas... No me rechaces... Vive esto tan hermoso que nos está pasando.
Las dulces palabras del príncipe la desarman, él la acaricia. La siente temblar. Sonríe seductor:
--eres mía des del primer día que te vi y yo soy tuyo --jadea.
Él acerca sus labios a los de ella, el aliento del uno embriaga al otro, roza sus labios. Ambos desean ese beso pero, aunque lo desea, aunque le cuesta no entregarse a lo que está sintiendo, aparta al príncipe de un empujón y con dolor ya que está segura que ella para él sólo es una aventura dice:
--¡nunca voy a ser la amante de un hombre casado¡
--porque si estás enamorada de mí?¡
--¡porque no soy una cualquiera¡
Él la acaricia:
--mira como tiemblas... te estás enamorando de mi...
Él sonríe con orgullo, pero no le habla de lo que está sintiendo él así que Blanca sigue pensando que sólo es sexo lo que quiere.
--No dejes que la mente te prohíba hacer lo que tu cuerpo desea...
Él la estrecha contra su pecho:
--mira como tiemblas... me deseas...
Él la va a besar, con vergüenza ella le dice:
--yo nunca he estado con un hombre, nunca he recibido ni un beso y no voy a entregarme a un hombre casado...
Enrique sonríe, la acaricia:
--¿eres virgen? --dice excitado.
--sí --dice ella-- siempre me di a respectar aunque muchos como usted quisieron burlarse de mí...
Enrique sonríe con una dulzura que a ella la desarma:
--¿no será que esperaste a que llegara el amor? Yo...
Ella desea amarlo y lucha con todas sus fuerzas para poner una barrera entre ellos:
--¡¡usted se va a casar y como si fuera poco con una muchacha que es mi amiga¡¡
Enrique la acaricia los cabellos, le mira con sensualidad y ella está derretida.
--el amor es libre... yo me tengo que casar con una princesa pero no quita que me gustes tú, que quiera estar contigo...
Enrique nunca ha sentido cosas por una mujer y no sabe cómo expresarlo así que no le aclara a Blanca que no quiere sólo llevarla a la cama. Blanca lo bofetea:
--¡¡vete y no me vuelvas a buscar¡¡
--¿porqué si te mueres por estar conmigo?
--¡¡¿¿porqué yo no voy a estar con un hombre que me quiere sólo para la cama¡¡
--No es cierto... no te quiero para la cama... bueno... no sólo para eso...
Blanca lo mira amenazante:
--¡¡fuera o le arma un escándalo¡
--no me mires así, yo sólo quiero ser tu amigo...
--¡¡pues no me vuelvas a buscar o me iré y no me volverás a ver¡¡
Enrique se va triste...
Enrique se refugia en el barco de su amigo.
--¿qué te pasa? Algo va mal? ¿no estabas tan feliz porque hoy llegaba tu futura amante?
Guillermo le habla con sarcasmo, en tono de reclamo ya que no le gusta nada lo que está haciendo.
--No me regañes, no me trates feo que hoy vengo triste...
Guillermo le pone la mano en los hombros, lo mira fraternalmente:
--Es que me gustaría que te dieras cuenta que lo que estás haciendo es una locura. Hasta el último momento esperaré que recapacites y entres en razón...
--Tú no entiendes nada porque no llevas sangre real en las venas...
--Por fortuna, yo jamás me acostaría con una mujer que se vende a otro hombre... Aunque de lujo, aunque princesa no es más que una prostituta.
--No seas tan duro con ella, son las cosas entre príncipes... almenos yo llevo la mejor parte porque a mi sí se me permite tener todas las amantes que quiere...
--No puedo creer que seas así...
--Ella está en su papel, nada le va a tomar de sorpresa.
--aún así no deberías casarte...
--Esa boda va, ya nadie la frena... En una semana seré un hombre casado...
--¿y entonces qué te preocupa?
--Blanca, no está convencida en querer ser mi amante, me pegó... De hecho dice que nunca será la amante de un hombre casado... ¡¡¿¿y es virgen te das cuenta?¡
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